Nos quedamos sin conformarnos,
A la letanía de las purezas ...
Y la baja moral de tu silencio.
Es triste,
Para quien tristemente ...
Se encauza en su risa.
Vacilante,
Ante la pieza faltante,
Y las luminarias de sus pesadillas.
Todo un dramatismo,
Y dogmas de libres azulejos.
Toda ...
Una ...
Palabra,
Y las miles olvidadas;
Por el estupendo quehacer de la locura ...
Alabando la cordura,
Pudiendo ser confundida con la misma altura.
¿Cuàl letanìa?
¿Cuàl locura?
Últimamente,
O los días se escurren mas apresurados ...
O las noches se idealizan mas largas.
Pueden quebrarse los pensamientos sinceros,
Y los tormentos sin razón.
En cuanto a su dolor,
¿que he de decir?
Ella me oye, y yo le oigo ...
Solo traduce mal,
Los vientos y las espesuras del mar.
Los cielos se derriten,
Y mis ojos lo observan, sienten ...
Tus palabras huyen y se inclinan a llover.
Mi alma encuentra un silencio,
Para escucharte callada ... la arena recoger ...
Mientras las gaviotas tiritan.
El viaje de miradas interrogantes,
Se pasean ahogando,
El estresante bullicio ...
De tu ciudad aromatizada del liquido abrasado,
De las distancias,
Que nos han medido y nos han pesado.
La balanza se inclina
Y ya me he retirado ...
Y ahora quedan los presentimientos,
Y el rostro ...
Desolado de disculpas y pericias.
Duermo.
En ocasiones, que recuerdo ...
Que recordar,
No es una penitencia.
¿Para que negar?
Si la voz puede ser solitaria,
Pero jamàs vacía.
Luis J. Cabrè!
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