- TEMER...
“Tener miedo”, es algo que sentimos en la mayoría de las circunstancias de nuestra existencia; sobre todo por ser nosotros seres humanos que vivimos en tercera dimensión, en esta hermosa esfera llena de vida, llamada tierra. El temor es algo que nos limita, que nos impide ver más allá; en muchos casos, por temor ¡Que grandes oportunidades se han perdido! ¿Cierto?... Oportunidades que nunca vuelven, o que quizás pueda que regresen, aunque para ello la espera es fuerte, y ante la impaciencia del tiempo, se hace eterna.
Cuando tememos, nuestro mundo se empequeñece, se atrofia, como una pasa al sol; todos nuestros deseos y sueños se nos vienen abajo, y al final queda una pesada depresión, y una serie de preguntas infantiles: ¿Por qué? ¿Por qué sucedió esto, aquello…? ¿Por qué llegue hasta allí, como? La vida no nos puede parecer más difícil, que el sentimiento que percibimos en aquel momento de tristeza y soledad ilusoria. ¡Yo he temido, personalmente!... y tengo una cantidad de historias sobre esos “temores”, y sus consecuencias; quizás por ello sea el motivo de este mensaje.
La palabra “temor”, llega cuando uno se encuentra en un límite de felicidad, que por la mayoría de las veces es alto, luego de haber asumido una temporada “seca”, absorta de “problemas”, que por muy pequeños en su embrollo, terminan por desnutrir nuestra fe hacia las nuevas experiencias, y por aquellos deseos profundos que tenemos en lo más interno de nuestro corazón, y en ocasiones no los revelamos a nuestro exterior.
¿Qué hacer?... es una pregunta interesante, es una cuestión que desencadena una serie de recapacitaciones, dirigidas a la búsqueda, de aquello… de ese agente extraño en nuestros sentimientos que nos hace temer, ya sea a un simple insecto como un “mosquito ‘PATAS BLANCAS’”, una “cucaracha”, un “delincuente”, hasta a una conquista sentimental. Y, ¿A dónde recae esa búsqueda?... en varias ocasiones a una visión, de diagramas transitorios, como: vicios, depresión, llanto, indiferencia etc. Y se llega a creer que el final es tan solo ese “infierno” falso. Pero hay algo: ¿Por qué no visualizar lo que ocurre adentro…? ¿Adentro de que…?... ¡De nuestro corazón!
La gran mayoría de nosotros, los seres humanos, creemos que el corazón es tan solo un órgano más del cuerpo, cuya única función es solo bombear sangre a todo el organismo, para mantener su vitalidad. Y en teoría así es, pero solo para esta dimensión, donde se encuentra nuestro ser material (alma), cual siente en tacto y ve a través de sus ojos físicos; pero hay más. El corazón es un órgano, aun más completo y a su vez complejo; cual realmente tiene una función superior a la vital conocida. En el corazón, se encierra nuestra chispa divina… nuestro origen, que en un plano sutil se encuentra, junto a varios cuerpos que lo arropa, comprendiéndose: El emocional, el cósmico, en conjunto con otros más. Seguro se preguntaran, por qué desvié un poco el tema; la razón se encuentra en que el temor como sentimiento y el corazón como órgano superior de nuestro vehículo de cinco sentidos, están muy relacionados.
En el corazón, mora la energía vibratoria más alta de nuestro ser; la misma que nos permite vivir, a través del fluir de la sangre (liquido sabia); y por lo tanto, cuando se teme ya sea por las razones anteriormente mencionadas, esa energía baja, y ocasiona un desequilibrio: Extendido “mental, físico y espiritual”, en nuestro cuerpo físico (como si fuese un corto circuito). Este desequilibrio, desencadena una serie de efectos nada agradables que ponen en riesgo la vida de uno; por lo que todo ello nos devuelve de nuevo a las pregunta: ¿Por qué…? ¿Por qué sucedió esto, aquello…?... Al final, la respuesta es muy fácil: por falta de amor.
Por falta de amor (Valga la redundancia), porque esa es la energía que dirige nuestra vida y la del universo, y sin ella la armonía de pierde. Cuando se teme, es por falta de amor, ¿Amor a qué…? A la vida, a los sueños, a la pareja a quien se ama, a los hijos… sin amor nuestro cuerpo se debilita, se cierra y nos envuelve en el temor, que no es más que ignorancia. Me refiero a ignorancia, porque lo que se desconoce; no se controla… no se toma como normal, y por lo tanto se le teme a sus efectos, sean buenos o malos.
- EL AMOR COMO UNA FUERZA.
El amor es la fuerza más grande del universo, el camino más fácil de la vida, pero el sentimiento más complicado para sentir, debido a ese rechazo infantil que está grabado en nuestro cuerpo mental, como un recuerdo de nuestro espíritu pre-histórico… que aun crece y evoluciona, para llegar más al Padre. El amor, no es solo para “enamorados”, el amor es para todo, ¡PARA LA VIDA, EN TODAS SUS EXPRESIONES!... con amor se podría construir un mañana mejor, un mundo mejor, alejado de esa palabra “temor”… y no es fácil, sentir amor por todo en la vida, pero no cuesta nada intentar sentirlo y darlo. ¿No les parece…?
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