EL ARTISTA Y SU OBRA

Yo te he visto en alguna parte, muy dentro de mi tristeza,

Sé que has predicho mis sentimientos: mi debilidad, mi fortaleza…

Y los instantes de mi amarte sutil.

Yo te he escrito en los siglos, en una paleta agonizando,

He gastado el reloj y el vacio, mientras me sigues amando…

Y envolviéndome en tu aroma de alhelí.

Yo te he visto soñar, descubriendo el camino entre las sombras y la luz,

Yo te he visto ser una cosa, ser rudimentaria y a la vez tan  entregada.

Yo te he desnudado… y para mi has posado. Te he tomado,

En una línea gruesa y delgada.

He sido tu vicio, has sido mi espada.

He sido tu guerra, has sido mi alma,

Aun en el frio ausente.

Yo te he amado entre las sábanas, entre tus montañas y tus sabanas;

Y he tocado lo prohibido, y he coloreado lo aceptable.

Yo te he  dispersado, en los paisajes azules e impresionistas,

Te he hecho óleo y acuarela, con el tiempo imperdurable.

Y te he creado, como un Dios… pero egoísta.

Y Te he hecho solo para mí, sin yo saber si el mar cruzarías,

Y te he encontrado en mis lágrimas…

Andando distante.

Yo te he hecho mujer… en las caricias que te adornan,

Y en tu altar, el marco del placer.

Te he hecho mujer  en la luz, y en las sombras que precipitan.

Pero no he hecho tu figura, que sobre ti crece en orquídeas.

Yo Te hice cálida, en las tardes perdidas en la inconsciencia.

Yo Te he olvidado y en mis dedos inseguros amado.

Te he hecho desconocida, ante el jurado de la vida y la simpleza…

Te he hecho dentro de las sonrisas y los empeños anticuados.

Y tanto hice de ti, que ahora me observas como la primera vez,

En la pared pálida, mientras veo La Gioconda,

En tus celos y silencios, pero yo tu artista y tu mi obra.