No describes mi alma,
Me reflejo en ti,
En tu borde…
Y en tu llama.
¡En el aire que en tu cuerpo pasa!
Y deja al tiempo…
Una parte de un deseo,
Y una enseñanza.
No eres de un siglo…
Ni de lo remoto,
Que los años citan.
No eres del agua,
Y albergas vida.
Como la planta que emerge de tu
tierra.
Como el sol que alumbra,
Al despertar,
De una consciencia.
No eres de nadie,
Y nadie es tuyo.
¡Todos te pertenecen,
Perteneces a todos!
Al ojo que mira, observa y calla…
A la tristeza recordada…
Y la alegría aventurera.
Vives en tu dimensión,
Vives en cada mundo,
¡Eres humanidad!
Y tu forma es la verdad.
¡Eres educador… padre y madre!
…justicia, para él quien quiera
verla…
Y amor para el que sienta.
Si en un verso reposa,
O en personaje desierta.
¡Y vivirás muchos años,
Y seguirás aun joven…!
Veras mi nacimiento y mi partida.
¡Pero no lloraras!
Porque sabrás de mi camino,
Y sabrás de mi vida.
¡La que jugó en tus paginas,
Y lloro en tu tinta!
La amo en tu dedicación…
Y partió de la vida a la vida.